miércoles, 18 de marzo de 2009

Los abrazos rotos

Hace tiempo que espero este momento.
Como cualquier film de Almodóvar, no se puede emitir ningún juicio de valor u opinión a la ligera sino que hay que pensarlo y analizarlo mucho y bien. Probablemente con este nuevo trabajo se podrá a empezar a decir algo más decente en un segundo visionado, pero la mula no va tan rápido ya. Por lo menos espero superar en algo las palabras de Carlos Boyero en El País, que de repetir lo mismo siempre cansa, y sorprende por otra parte porque El País está bastante presente en la película.



Lo que me gusta de Almodóvar, es que consigue, sobre todo donde yo vivo, o donde yo vivía (sinceramente ya no sé dónde estoy) que vaya gente al cine, que va cada dos o tres años, es decir, cuando él estrena una película. Sinceramente veía una gran ilusión en la cara de estas personas, y joder, hasta en mi amiga Paula, de unos 10 años supongo y que cada día o año está más grande, que acompañaba voluntariosamente a su madre, dejando a los dos hombres de la casa tumbados en el sofá. No creo que tuviera idea alguna de dónde se metía, pero me confesó que su madre llevaba hablando toda la semana de ese cineasta, y que quería saber qué hacia el hombre aquel.
Pues lo que hace este hombre no lo sabe ni Paula, ni yo ni Boyero supongo.
Probablemente sea algún tipo de mago o ilusionista que campa a sus anchas por nuestras vidas, y que cada cierto tiempo, hace que los cimientos de éstas se caigan durante dos horas, para más tarde volver a la normalidad.

Los abrazos rotos es un jodido capricho de Pedro Almodóvar, un regalo, un homenaje que se ha hecho por todos estos años de cine, que no intenta volver a identificarnos terrenalmente con sus personajes ( al igual que con Volver, Hable con ella o Todo sobre mi madre) , sino que se permite el lujo de subordinar la historia al envoltorio. Ni que decir tiene que tal envoltorio, es el más cuidado del director, llegando a momentos de delirante belleza que con la primera escena de la película te mantienen absorto. Es un film noir, efectivamente, que reúne thriller, romance y comedia (grandes Machi y Dueñas), pero todo tiene ese estilo que quiera o no (y me parece que no le disgusta) le va a acompañar siempre como su marca de distinción.
Ni que decir tiene que sigue con su nivelazo en la dirección de actores y actrices, pero joder, decir que se me ha quedado pequeña la primera actriz española ganadora del Oscar al lado de Homar, Gomez y Portillo, es mucho decir. Novas y Ochandiano están correctísimos y le dan frescura al film. En el caso de Homar y Portillo tendríamos que hacer un monográfico sobre cómo es posible que uno haya acabado en Herederos y la segunda en Acusados... muy fuerte.

Lo que está claro es que tras el visionado de Los abrazos rotos una cosa está clara. Si no te gustaba Almodóvar, lo vas a seguir odiando y si te encantaba, le vas a poner una casa.

Para acabar me quedo con las impresiones de los invitados a la Premiere mundial de Los abrazos rotos, sí en la meca del cine, Calzada de Calatrava, que por no tener no tiene ni sala.
Bien pues la señora comentaba que no sabía que iba a ver, pero que sus sobrinas le habían insistido mucho y como costaba cuatro euros pues que habia decidido pasar la tarde con su paisano.

Pasemos la tarde pues.


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