jueves, 5 de febrero de 2009

El curioso caso de David Fincher

Lo que está claro es que Fincher no te va a dejar indiferente. No es un director estrella ( como los titos Clint, Steven o Woody), tampoco es un director estrellado (Tarantino, Burton o Bay) ni pertenece a ningún grupo de artistas selectos (todavía buscamos a los del Dogma...) pero muy probablemente sea el director con el mayor porcentaje de calidad en el cine actual. Siete películas, todas muy recomendables, con grandes críticas y tres obras maestras: Se7en (que ganas tenía de escribirlo así), Fight Club y este último Benjamin Button.



En cuanto a la primera, sólo decir que seguramente en todas las escuelas de cine, la ponen como el ejemplo de thriller en el cine. Tension, suspense, guión y reparto. Lo tiene todo.

Los amigos del club deberían mostrarla a todos aquellos estudiantes a director que quieran hacer una película que marque una época, o más bien las divida. Me encanta la definición de los amigos de Cinemanía que, celebrando el décimo aniversario, la tildan como la primera película del siglo XXI. Sin duda alguna.

Y la tercera ¿qué? Pues tras una campaña publicitaria acojonante, muy poco común en Fincher, dos actorazos en sus mejores momentos (no contemos el papel de villana de Blanchett en Indy por favor...) y una historia que promete ser la bomba, sólo tenemos la certeza de que Fincher no nos va a dejar indiferentes.

Eso, conforme esta el cine hoy en día, ya es mucho.

Este fin de semana las críticas

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